Gastronomía maltesa

Plato con las mejores especialidades de pescado maltés, que incluyen los calamares, pez espada y dorada.

Malta es un país que ha gozado y sufrido de influencias e invasiones. La gastronomía suele ser una de las herencias más ricas y pacíficas de todas. Así, sus platos, ingredientes y especialidades recuerdan el paso de todos los mediterráneos que han hollado las islas maltesas. Miel, almendra, trigo, vid, aceite de oliva, pistacho, dátiles, carnes y pescados son ingredientes mayoritarios de la gastronomía maltesa. Y todo con ese toque tan británico, tan de té a las cinco que dan como resultado la curiosa mezcla que es Malta.

Lo que más sorprenderá al viajero será el aroma especiado y los sabores intensos, mediterráneos y africanos. El pan maltés, los dulces, ricos y variados, la pasta, el pescado y el marisco, los platos de conejo, los helados y el café, sin olvidar sus cervezas siempre frescas, son los platos estrellas de la cocina maltesa.

Buena parte de los productos que les indicamos a continuación se pueden comprar todo el día en los innumerables puestos ambulantes, normalmente furgonetas de chillones colores.

Pan, pasteles y pastelillos salados malteses.

Las panaderías maltesas son un verdadero espectáculo para los ojos y la nariz. Aromas conocidos e ignorados se mezclan en variados panes, dulces y bocadillos. El pan maltés (hobz Malti) está considerado uno de los mejores del mundo, aunque ya sabemos que estas clasificaciones son un poco aleatorias. El pan es de corteza crujiente y miga blanca y a veces se unta con aceite de oliva y se sirve con los reputados gbejniet, pequeños quesucos de cabra.

Los Pastizzi rellenos de ricotta y con ese delicioso hojaldre.

Además del pan, los pasteles, las pastas y los pastelillos salados para picar son los grandes protagonistas de las panaderías maltesas. Nadie debería abandonar las islas sin haber probado los suculentos pastizzi, pequeños pastelillos de hojaldre rellenos de ricota, obras de arte al alcance de todos.

En cuanto a los pasteles y dulces la variedad es muy grande. Todos los cafés fabrican sus propios pasteles con lo que la sobremesa puede ser pesadamente agradable. Pasteles, pastas como el konnoli’ta l-irkotta, que como su propio nombre indica es una pasta rellena de dulce ricotta. O si no el imqaret, un pastel de ¡dátiles fritos!, una verdadera delicia de colesterol. La suerte es que sólo se puede comer uno, afortunadamente. Algo más ligero es el Qaghaq ta’ l’ghasel, un circulo de hojaldre relleno de miel, típico de Navidad.

Pasta maltesa.

Muy similar a la siciliana o de la Puglia, la pasta maltesa es como siempre riquísima. Muchísimas variedades y siempre al dente, no dejen de probar los macarrones con tomate y salsa boloñesa (Macaroni Timpana).

Otras variedades: los ravjul (raviolis) al pesto, perejil, con tomate, queso de cabra, aceite de oliva …

Carnes.

La especialidad local es el conejo al ajillo en salsa maltesa. Se acompaña de ensalada maltesa, tomate seco y patatas hechas al horno.

Pescados.

El pescado es muy abundante en Malta. El pez espada es uno de los reyes de las pescaderías locales, pero también encontraremos doradas, sargos, calamares, mejillones, langostas,…

Quesos.

Sabrosos quesitos de cabra u oveja, solos o acompañados.

El tradicional es el queso de cabra local. Llamado Gbejniet, se trata de un queso rico en sabor, que se puede comer fresco o más curado; sólo o en su variante especiada con pimienta; secado al sol (ġbejna moxxi); conservado en aceite (ġbejna tal-żejt), frotado con sal (la ġbejna maħsula)…

En Gozo se fabrica con leche de oveja y en Malta con leche de cabra, lo que nos permite sabrosas comparaciones.

Bebidas.

La fresca y suave cerveza Cisk.

Como el calor aprieta la cerveza es un bien de primera necesidad. A degustar la local, Cisk, una lager suave muy apropiada para el clima. Y para los abstemios una Kinnie, la soda local, dulce y diferente. Y si quieren algo más natural, zumos de frutas helados les refrescarán sin duda.

El café es también delicioso, servido sin leche, siempre acompañado de dulces y pasteles. Y el té que no falta tampoco en las terrazas de Malta.

Helados y sorbetes.

Como en Sicilia los malteses se enorgullecen de sus helados. Los granite no están hechos con nieve del Etna pero son igualmente sabrosos.

Nougat Maltés.

El nougat es un tipo de turrón duro «blando». Típico de Francia, su origen como el de la variante maltesa es árabe magrebí y por extensión mediterráneo, ya que utiliza la miel y los frutos secos, productos esenciales para el disfrute desde la más remota antigüedad. El nougat maltés posee dos variedades, una idéntica al turrón duro español, con pasta blanca y las almendras, pero de textura maleable. La segunda es de color marrón (Brown Nougat), pero que curiosamente es la variante dura.

El nougat es un dulce típico de las festividades de Malta, sobre todo de las fiestas patronales o Festas. Durante esas celebraciones verán numerosos puestos en las calles donde podrán comprar este excelente regalo.

El vino de Malta.

Los vinos malteses no son muy conocidos y dada la pequeña producción es muy difícil probarlos en otro sitio que no sea Malta.  Por eso hay que aprovechar la estancia para ello.